lunes, 17 de enero de 2011

William Saroyan a los jóvenes escritores

Try to learn to breathe deeply; really to taste food when you eat, and when you sleep really to sleep. Try as much as possible to be wholly alive with all your might, and when you laugh, laugh like hell."

Intenta aprender a respirar profundamente, a saborear verdaderamente la comida cuando comas, y a dormir de verdad cuando duermas. Trata en lo posible de sentirte completamente vivo con todas tus fuerzas, y cuando te rías, ríe a tope.

viernes, 7 de enero de 2011

Chan Chan

Llueve en Madrid. Lo que me faltaba.
No sé muy bien qué hago aquí. Estoy en una ciudad que debe tener unos seis millones de habitantes más o menos y me siento más sólo que en mi pueblo de cinco personas. Desgraciadamente el tipo de soledad es muy distinta. La soledad en Carrascal la recuerdo como una sensación muy placentera, próxima al clímax.
Recuerdo cómo es el invierno en mi tierra, con la nieve dejando suavidad y eliminando las líneas rectas y las aristas, siempre tan aburridas. El otoño y el manto marrón de hojas de catalpa. El verano de las noches de insomnio y estrelladas. Y la primavera y ese olor mezcla de lluvia y de los cerezos en flor.
Aquí a 400Km también llueve. Bebo Valdés no para de sonar. En el teléfono de la esperanza sólo se escuchan los tonos de espera. Nadie coge el teléfono.
A veces se está menos sólo cuando no tienes a nadie a quien llamar.

miércoles, 5 de enero de 2011

Otra cultura, la olvidada

Está bien juntarnos todos los jueves a charlar, escribir, leer y compartir todo eso que tanto nos gusta. Pero no somos los primeros que lo hacemos, y espero que tampoco seamos los últimos (aún tengo mi pequeña ración de esperanza en la humanidad).

En otros tiempos no había ordenadores, televisores ni centros comerciales. Existía otra cosa que se llamaba gente. La gente se conocía, se saludaba con una sonrisa, y también con llanto los días amargos. La gente trabajaba más incluso que ahora, que no quiere decir que peor. La gente tenía su familia y sus amigos, y también tenía una casa para invitarles.


Se juntaban, hablaban de sus alegrías y preocupaciones, bebían y fumaban, reían, pasaban horas al calor de la hoguera o al fresco de la tarde en la huerta.
Espero que vivan en nuestro recuerdo. Que sintamos, aunque sólo sea una vez al año, que nosotros llevamos algo de eso dentro, tan dentro que lo hemos olvidado, pero ahí está. Sólo hace falta desenterrarlo y disfrutar, y vivir, y ser gente. Y no números ni cosas.


Recordando a esta gente os dejo aquí dos blogs.

viernes, 26 de noviembre de 2010

jueves, 25 de noviembre de 2010

Enhorabuena, Laura

Ya está todo listo para empezar, gracias a Laura. Nos vemos en el blog... y el jueves a las ocho.
Saludos literarios,